Archivos para abril, 2010

por Abraham Guevara

Para resolver los crecientes y complejos problemas que afectan a casi todos sino a todos los municipios del país, problemas y carencias que lo afectan a usted y a su familia de manera directa se necesita de vecinos, ciudadanos, líderes con una actitud bien diferente a la actitud de apatía y crítica mal fundada, desligados de cúpulas partidistas, conocedores de los problemas porque tienen mecanismos para inventariar los mismos, y sobre todo enfocados y convencidos que el poder radica en el pueblo, personas conciliadoras y con carácter para defender los intereses de los ciudadanos que desde luego son sus propios intereses, vecinos con sentido de liderazgo, profundamente respetuosos del pensamiento y creencias de sus conciudadanos.

Usted, estimado vecino puede ejercer su derecho a participar y tiene el deber de hacerlo. Usted y sus vecinos deben ser conscientes de la necesidad de promover un mecanismo , dentro de sus comunidades, que verdaderamente garantice la solución de los consabidos problemas como la inseguridad entre muchos otros que bien sufrimos en cualquier ciudad, en cualquier municipio, en cualquier barrio de nuestro país. Este mecanismo se basa en lo único que garantiza, de verdad, que nuestros consejos comunales funcionen y sean eficaces y esto es la Contraloría Social en acción. Es decir, la gestión del grupo de vecinos elegidos para administrar el que hacer comunal será tan eficaz y transparente como el control que el ciudadano tenga sobre dicha gestión.

La apatía y el desprendimiento, es decir, la mala actitud traducida en instancias de ni siquiera querer estar enterados de lo que hacen los vecinos encargados del C.C. mucho menos de asistir a las reuniones convocadas para luego tildar de ladrones a estos vecinos sin prueba alguna de este hecho tan grave, o de asistir a las reuniones con el único objetivo de oponerse a cualquier propuesta sea adecuada o no y por otro lado, algo sumamente grave, aunque no lo último, participar para procurar algún beneficio monetario sin importar las necesidades de la comunidad es la receta para continuar con un modelo de fracaso ciudadano y social.

Seguramente, estimado ciudadano, se preguntara cual mecanismo es ese. Ese mecanismo se basa en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal. Piense, por un momento, en los consejos comunales y consejos parroquiales los cuales deben estar organizados debidamente para cumplir con la función básica de inventariar los problemas y carencias de las comunidades, piense en las Juntas Parroquiales las cuales deberían recibir información detallada de estos problemas y carencias, y subir esta información a la instancia superior, piense acerca de la función de los concejales quienes deben conocer estos problemas, carencias y necesidades de las comunidades que representan y por lo que reciben un salario además de ser los encargados de aprobar ordenanzas, acuerdos y programas para mejorar, supuestamente, las condiciones y calidad de vida en el Municipio, pero nadie sabe de ellos, si defienden o no los intereses de sus representados, si saben o no de los problemas de las comunidades que representan. Por último, piense en el Alcalde que es la cabeza visible, y blanco de críticas bien merecidas en a mayoría de os casos. Es él quien administra los recursos financieros y quien preside el Consejo Local de Planificación Pública dicho consejo está sometido a una ley propia y es donde se decide la distribución de los recursos que serían destinados a resolver los distintos problemas, carencias y necesidades de infraestructura y servicios que las comunidades demandan. Sin embargo, vemos como comunidades y barrios se deterioran cada día más, vemos y oímos de la presentación ante el pueblo de la “Memoria y Cuenta”, pero al preguntarle al pueblo como percibe la gestión municipal la califican como mala, de muy baja calidad o al leer la prensa diaria vemos como estos reseñan los siempre presentes problemas: falta de alumbrado, canchas deterioradas, calles con huecos y sin aceras, cloacas al aire libre, botes de agua, escuelas en franco deterioro con baños más sucios que un chiquero, plazas dormitorio de indigentes, borrachitos y consumidores de drogas, mal servicio de aseo urbano, falta de patrullaje continuo en barrios, urbanizaciones, avenidas y áreas industriales y comerciales, niveles de respuesta casi nula ante las emergencias, particularmente policiales. En general, un servicio municipal totalmente desligado de los usuarios, es decir, el pueblo que reside en os barrios y comunidades que se suponen deben tener un C.C eficiente. Es fácil traspasar la responsabilidad del fracaso social a los alcaldes y concejales, a los diputados regionales y nacionales y al Presidente de la República, pero también es fácil desconocer la responsabilidad que como ciudadanos bebemos ejercer para controlar las acciones y desde luego los resultados de la gestión pública envestida en los supuestos e incontrolados representantes que dicho sea son elegidos por nosotros mismos los ciudadanos.

El párrafo anterior nos induce a pensar que el mecanismo empieza por debajo y va subiendo para luego volver a bajar traducido en bienestar para las comunidades. Pero, hasta ahora este mecanismo ideal no ha funcionado como debe ser. Y la respuesta a la pregunta por qué no ha funcionado es falta de voluntad y consciencia política y desconocimiento de los mecanismos por parte de la ciudadanía. Sí, nosotros, el pueblo, hasta ahora, no hemos sabido encender el mecanismo. Ya es hora de hacerlo. Recordemos que son estos consejos comunales y parroquiales los encargados de encender el mecanismo. También, sepamos que estos consejos son los que formulan, controlan y evalúan las políticas públicas e inclusive, por Ley (artículo 259 LOPPM), son los que ejercen el Control Ciudadano, y pueden ejecutar políticas públicas a través de los medios de participación (artículo 261 LOPPM) como la autogestión y cogestión entre otros.

Se necesita de vecinos comprometidos que puedan estimular y promover la participación ciudadana. Se necesita de Consejos Comunales trabajando con concejales y juntas parroquiales. Son lo C.C. los llamados a impulsar y promover la función legislativa donde los concejales atiendan las demandas de las parroquias que representan. Es decir, buscarían que estos concejales sancionen o aprueben los proyectos que dentro del Consejo Local de Planificación Pública se generen del seno del pueblo para así dar cumplimiento al Plan Municipal de Desarrollo. Es entonces, durante y después que como ciudadanos hayamos ejercido nuestra labor organizadora y contralora desde abajo es cuando podemos evaluar a un concejal, a un acalde, a un diputado e inclusive al Presidente si se ha convertido en ese gerente capaz de ensamblar organizadamente y siempre en sintonía con el pueblo todas las acciones necesarias para dar soluciones a los diferentes problemas. Si no ejercemos nuestro deber y derecho de construir ciudadanía, no existe moral para exigir resultados a ninguna persona elegida por elección popular y eso incluye a los vecinos que ponemos a frente de nuestras organizaciones comunales (C.C.).

Compatriota Ciudadano se le invita a ejercer su derecho de cumplir con el deber patriótico de desarrollar una verdadera Consciencia Ciudadana basada en la participación, colaboración y solidaridad. Desarrolle usted una actitud ciudadana positiva, busque participar y sumar ideas en las reuniones de su comunidad. Aprenda a usar los métodos de discusión y exposición de ideas para que la experiencia sea siempre fructífera y eficaz; para que los problemas y demandas de su comunidad se transmitan rápido a las instancias debidas sabiendo que usted puede y debe ejercer su derecho al control.

Existe el mecanismo para lograr participación y control; es cuestión de actitud, aprendizaje y conocimiento. Es por esto que se debe hacer énfasis en el desarrollo de una CONSCIENCIA CIUDADANA responsable de impulsar los cambios políticos y sociales que se esperan. Que los ciudadanos al organizarse en consejos comunales y parroquiales señalen de manera metódica cuales son los problemas, las demandas de los vecinos, y las ideas que se generan del seno de la comunidad misma. Para ello, nosotros todos, los ciudadanos que nos sentimos ganados a la idea de participar activamente, que nos sentimos capaces de liderar en las comunidades donde vivimos, donde la única recompensa es el saberse útil y respetado por el resto de los vecinos menos activos, debemos desarrollar una actitud ciudadana positiva, participando. Hay que recordar que este mecanismo se enciende solamente y nada más que así, y que la ley apoya al ciudadano. Se invita a los líderes naturales de las comunidades a conocer de cerca la Ley Orgánica del Poder Público Municipal.

Todo lo anterior le da una idea acerca del mecanismo que aunque perfectible y siempre mejorable permitirá sumar calidad de vida para todos en los diferentes barrios, comunidades y Municipios de país. Sin embargo, como ya se sabe, el mecanismo por sí solo no funciona y es ahí donde es necesario ejercer un liderazgo firme y conciliador. Debemos exigir a nuestros alcaldes se sujetaren a la ley para poder garantizar la participación ciudadana en el Consejo Local de Planificación Pública y poder dar respuesta idónea y justo a tiempo a las demandas ciudadanas no solo en cuanto a inseguridad, infraestructura, mejoramiento de barrios, salud, educación, aseo urbano, alumbrado público, atención al niño, a la mujer y al niño y mujer indígena sino, también, a la creación de nuevos puestos de trabajo mediante la constitución de empresas públicas municipales y la contratación de la empresa privada además del fomento de nuevas industrias y negocios basados en las ventajas y posibilidades de las regiones.

Al controlar a nuestros representantes deslastramos sus gestiones del fantasma de la ineficiencia en la gestión pública sometiéndolas al escrutinio popular desde el mismo momento en que comienzan a ejercer su trabajo para el cual son elegidos y remunerados. Debemos impulsar la ley que faculta al pueblo para ejercer la CONTRALORIA SOCIAL. Cuando el pueblo desde abajo formula, evalúa y controla la gestión pública, entonces, esta iniciativa se convierte en el sistema de gobierno por excelencia.

“Estamos construyendo lo que vendrá con la bendición de Dios”